martes, 7 de abril de 2009

Granjero busca esposa......


Ya está aqui, la segunda edición de Granjero busca esposa; ese programa en el que unos cuantos salidos que trabajan y viven del campo y los animales deciden pasar un par de días con dos candidatas que eligen de entre un montón de cartas y de seleccionarlas cual vaca en la feria del ganado.


Pero lo mejor de este programa es ver cómo las pobres candidatas cosmopolitas intentan recoger la mierda de las vacas, hacer la comida para el granjero, y todas y cada una de las tareas que éste quiere que hagan, no sabiendo muy bien si para reirse de ellas, para explotarlas, o para demostrar quién es el más machista.

Con todo y con eso, nos hacen pasar momentos muy divertidos, como una de las candidatas de la pasada edición que se hospedó en la granja del sevillano, la chica no es que fuse torpe, esque era idiota, porque que te persigan unas palomas para picarte, puede ser mala suerte, pero que además te tire un caballo, te pille un toro, te pise un cerdo...... es que eres un poco tonta.

¿qué mujeres nos traerá esta edición?, ¿habrá momentos tan asquerosos como los besos con la lengua fuera de la edición pasada?, ¿cuán torpes serán estas candidatas? y, lo más importante, este año uno de los granjeros es una mujer, ¿soportarán sus candidatos una jefa que les ordene recoger la mierda???
Todo esto y mucho más lo iremos viendo en cuatro, les mantendremos informados......

lunes, 6 de abril de 2009

segunda entrega Räf

Al día siguiente, Pablo vino a despertarme y me propuso salir a dar una vuelta por Madrid, ya que yo sólo conocía el camino de casa a la universidad, acepté, me vestí y nos fuimos, estuvimos paseando por Gran Vía, nos sentamos a hablar en el parque de Plaza de España, y comimos en un Vips cercano, reíamos y comentábamos que sólo nos faltaban dos para parecernos a las de Sexo en Nueva York.
Antes de terminar de comer, llamaron por teléfono a Pablo, según dijo era un amigo suyo que había conocido el fin de semana anterior, decía que saliésemos esa noche por Chueca para que yo conociese el ambiente.

Esa tarde estaba súper emocionado, no me lo podía creer, aunque por otra parte estaba preocupado por lo que pudiese pensar Pablo de mi, porque por lo que hablé con el parece un chico muy puritano y correcto, de esos que no puede “echar un polvo, de los que tienen que hacer el amor”.

En casa, cenando antes de salir, Pablo me dio algunos consejos, y me dijo que por el no me preocupase, que si quería podía llevar a algún chico a casa.
Llegó la hora indicada y ahí estábamos todo peripuestos para destrozar la noche, la verdad, más que encontrar a nadie esa noche quería pasármelo bien y conocer más a Pablo, me gustaba como era ese chico y sabía que esa amistad podía ser para siempre, así que la noche la pasamos bailando, hablando y riéndonos.

A medida que fue pasando el tiempo, Pablo empezó a ser mas él mismo, y dejó ver a un chico algo amanerado, no mucho, pero se notaba, como ya teníamos confianza le empecé a llamar “La Pili”, era un mote cariñoso, que él, como era de esperar, se tomó muy bien.

Los años fueron pasando, La Pili, fue avanzando en su carrera como enfermero y yo en la mía de relaciones públicas.

En el segundo año, hice un curso de decoración de interiores y allí conocí a Daiana, una chica rubia muy estilizada, alegre e inteligente. Conectamos enseguida y empezó a entrar en nuestra vida. Un día tomando café me comentaba que no sabía como lo hacía que siempre se juntaba con chicos gay, yo sorprendido le pregunté si conocía a alguien más y me dijo que sí, que su mejor amigo era gay, me dijo que quería presentarnos a ver que nos parecíamos y yo acepté, quedamos para ese fin de semana en nuestra casa, íbamos a hacer una cena y estaríamos en casa con música y algo de beber para pasar la noche.
Al llegar la noche , ya estaba todo listo, y sonó el timbre, ahí estaban, la Pili, como siempre, se puso algo nervioso y rojo, muy típico de él; al llegar a la puerta ahí estaba Daiana y su amigo Al, un chico moreno con los ojos marrones, nos lo pasamos muy bien esa noche, los cuatro conectamos mucho, y parecía que estábamos hechos para ser amigos y estar juntos desde que nacimos, ya que entre unas cosas u otras algo nos conectaba, experiencias del pasado, vivencias o gustos.
Desde ese día todos los fines de semana quedábamos en nuestra casa o por Madrid, nos habíamos hecho inseparables los cuatro, se podía decir que ese segundo de carrera mi vida tenía mucho sentido, tenía todo lo que siempre había querido, amigos que me querían por como era, podía ser yo mismo, y estaba evolucionando como persona, además tenía unos amigos muy distintos entre sí, era lo bueno ya que cada uno aportábamos al otro lo que le faltaba y viceversa;

El último año de carrera, ya veíamos el fin de nuestros días como estudiantes y nos planteábamos cómo sería nuestra vida a partid de ahí, la verdad yo tenía miedo de perderlos, ya que podían volver a sus casas o empezar a trabajar en otro lugar.

viernes, 3 de abril de 2009

RÄF

Este es el primer tomo del capitulo 1 del libro que estoy escribiendo..... a ver qué os parece:

-Capitulo1 Me llamo Räf y soy gay

Soy un chico de 23 años, vine a Madrid para empezar mis estudios superiores, pero no solo a eso, vine a encontrarme a mí mismo, ya que donde me crié tenía la “obligación” de llevar una máscara por miedo a ser yo mismo.

El principio fue algo duro, ya que estaba en una ciudad desconocida para mí, en todos los sentidos. Me tenía que acostumbrar a muchas cosas nuevas, un nivel de estudios diferente, amigos nuevos y un mundo por conocer.

Cuando llegué, lo primero que tuve que hacer es buscar piso, encontré uno que me gustaba bastante, era céntrico, estaba cerca de mi universidad y me gustaban sus alrededores, llamé para preguntar y me contestó un chico algo tímido, podía visitar la casa esa misma tarde, y si me gustaba trasladarme durante el fin de semana.
Esa tarde fui a ver el piso, llamé a la puerta algo nervioso, muchas cosas me rondaban la cabeza, ¿será simpático?, ¿podremos ser amigos?... cuando se abrió la puerta me encontré un chico bajito, rubio, con ojos azules, muy tímido y algo nervioso también.
Me enseñó el piso y cual sería mi habitación, la verdad que me encantó, el piso era todo lo que yo había soñado, tenía un pequeño recibidor que conectaba con la cocina por un extremo y con el comedor por el centro, el comedor era muy acogedor y moderno, tenía colgados varios cuadros de los obreros del Empire Estate, las paredes eran naranjas con las vigas pintadas de marrón simulando ser madera, los sofás a juego… era genial, y la que sería mi habitación estaba vacía con las paredes blancas.
Pablo, que así se llama mi nuevo compañero de piso, me dijo que no había querido hacer nada con esa habitación para que el que la ocupase pudiese decorarla a su gusto, cosa que me gustó mucho por su parte. Al parecer la mujer que nos alquilaba el piso no tenía inconveniente en que pintásemos y demás con la condición de que cuando dejásemos el piso quedase como lo encontramos, vacío y blanco.

Ese fin de semana, Pablo me ayudó a hacer la mudanza y a decorar mi nueva habitación, esa noche pedimos comida china y estuvimos hablando en el comedor bastante tiempo, la verdad que esa noche conectamos mucho, y aunque yo ya me lo intuía me confeso su homosexualidad, yo empecé a reírme y el me preguntó si me reía de que era gay, le dije que no, que me reía porque no me podía creer la suerte que estaba teniendo, que yo también era gay, y que mi mayor sueño siempre había sido, estudiar en Madrid y compartir casa con amigos gay.
Pablo se empezó a reír también, no nos lo podíamos creer ninguno de los dos, después de todo, por fin empezaba a ser yo, sin esa estúpida máscara que siempre había llevado.